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Qigong: Reacciones a la Práctica y Desviaciones.

Qigong reacciones y desviaciones

 

Qigong y su práctica: los efectos adversos.

La práctica de cualquier rutina Qigong puede tener algunas reacciones adversas. Los cambios o reacciones que algunos practicantes experimentan son fenómenos causados por diversos factores. La mayor parte de las reacciones pueden ser divididas en reacciones normales y reacciones no deseables o anormales. Estas últimas suelen catalogarse como «desviaciones de la práctica». En este artículo se analizan las reacciones normales a la práctica del Qigong para la Salud, así como las posibles desviaciones y sus correcciones.

Qigong: reacciones normales o benignas.

La mayor parte de las reacciones que se producen en la práctica del Qigong son de carácter benigno. La práctica Qigong mejora la circulación de la sangre en todo el cuerpo, especialmente en las extremidades, y este es el motivo por el que muchos practicantes sienten calor en las manos y los pies o incluso sudan durante la práctica.

Otras veces, los practicantes experimentan sentimientos de entusiasmo, felicidad o placer al finalizar la práctica. Después de una práctica prolongada, algunos practicantes pueden mostrar síntomas tales como miedo o frío corporal, así como sequedad en la piel con manos o pies agrietados, frío en los miembros, etc.

Estos síntomas suelen desaparecer enseguida en la mayoría de los casos. Otras personas pueden presentar mayor apetito y secreción de saliva, o también ver incrementadas las funciones digestivas.

La práctica del Qigong para la salud incrementa el metabolismo, ya que optimiza las funciones de los órganos internos, por lo que muchos practicantes presentan la tez brillante o rojiza al terminar sus prácticas.

Todas estas reacciones pueden considerarse como benignas, no obstante, debe evitarse la búsqueda intencionada de cualquiera de ellas, ya que la propia búsqueda podría traer consigo otros efectos negativos no deseados.

Qigong: reacciones neutrales.

Los sabios antiguos chinos resumieron las diferentes reacciones a la práctica del Qigong como “Las Ocho Sensaciones” o “Los Dieciséis Escenarios”, pudiéndose clasificar todas como reacciones emocionales a la práctica.

En un estudio oficial realizado en China sobre 100 practicantes de Qigong, 40 de ellos tuvieron la sensación músculos doloridos y otros 40 de calor; 33 se sintieron más ligeros; 21 muy relajados; otros 21 manifestó haber tenido síntomas de insensibilidad en los miembros; 18 sintieron frío; 15 sufrieron picazón; 9 se sintieron tensos y 6, por el contrario, muy pesados.

Excepto la reacción de relajación, que puede considerarse benigna, las demás reacciones son neutrales desde el punto de vista de la práctica Qigong, ya que solo indican que el practicante se encuentra todavía progresando hacia niveles superiores de tranquilidad mental y de relajación corporal, por tanto, tomando con calma cada sesión de práctica e ignorando hasta donde sea aceptable estas sensaciones, se logrará traspasar la barrera hacia el estado de tranquilidad corporal y mental.

Las «Ocho Sensaciones» o «Dieciséis Escenarios» son: dolor; picor; frescor; calidez; liviandad; pesadez; suavidad; aspereza; sacudidas; sensación de fluir del Qi por sí solo; calor; frío; sensación de flotar y rigidez.

Qigong: reacciones no deseables o adversas.

Durante la práctica Qigong, también pueden presentarse algunas reacciones adversas. Por ejemplo, si el practicante está ansioso por alcanzar el estado de relajación, en especial cuando se practican las rutinas estáticas, suele obtenerse la reacción contraria a la deseada, es decir, el sentimiento de inquietud y de impaciencia invade la mente y el cuerpo. Es lo que los sabios chinos antiguos llamaban impaciencia («Ji»).

Si el practicante no está distraído pero su mente está inquieta y llena de pensamientos, esto se denomina «Fu», que quiere decir «mente flotante o dispersa».

Igualmente, los sabios llamaban «Chen» al estado de pesadez mental, o lo que es lo mismo, al estado de somnolencia. Si el cuerpo se desploma o se aturde una vez relajado, esto es «Kuan», que significa «aflojado». Los fenómenos Ji y Fu acontecen, por lo general, a los practicantes con excesiva energía Yang o deficientes de Yin; mientras que los fenómenos Chen y Kuan son más frecuentes entre las personas con deficiencias severas de energías Yang o Yin.

Todos estos fenómenos son reacciones adversas que suelen desaparecer con el avance en la práctica o al terminar las mismas. Al respecto, los consejos son no entrar nunca en pánico ni dejar que se convierta en una obsesión, pero tampoco deben obviarse o descuidarse, pues pudieran desarrollarse como una «desviación». Se intentará siempre progresar poco a poco, procurando superar la reacción adversa con el paso del tiempo y la práctica.

Las soluciones a las reacciones adversas se encuentran en el marco de la correcta aplicación de los principios de la práctica Qigong. Usar un elemento inspirador tal como una imagen, sonido, aroma, contacto o movimiento, pueden ser de utilidad para llevar el cuerpo y la mente al estado de relajación deseado.

Los practicantes con exceso de Yang o deficiencia de Yin, incidirán más en la práctica de las rutinas o formas estáticas, no obstante, también pueden comenzar por las rutinas dinámicas, procurando «encontrar la tranquilidad dentro del movimiento».

Las personas con deficiencia de Yin o de Yang, practicarán más las rutinas dinámicas para mejorar el Yang Qi. Para las personas que se inician en las rutinas dinámicas, es común sentir dolor en la espalda o entumecimiento y temblores, especialmente las piernas.

Esto es debido a la tensión acumulada por un cuerpo rígido durante la práctica de los ejercicios. En estos casos, para evitar la sobrecarga, se ajustará la intensidad del ejercicio a la condición física y anímica de cada persona. Igualmente, cualquier malestar muscular después de la práctica puede ser perfectamente disipado mediante la aplicación de auto masajes en las zonas afectadas.

En cualquier caso, la clave está siempre en proceder paso a paso para que el cuerpo pueda adaptarse a cada rutina o ejercicio. Procediendo así, cualquier malestar desaparecerá y la práctica solo será algo muy agradable que disfrutar.

Qigong: desviaciones y prevenciones.

El Qigong es una práctica para el cultivo del cuerpo, la respiración y la mente, a través de métodos de auto control y auto regulación, aún así, las desviaciones pueden aparecer ocasionalmente. Practicar cualquier tipo de Qigong sin respetar su principios básicos puede dar como resultado dirigir el Qi anormalmente dentro del cuerpo y también producir desórdenes mentales, emocionales o de conducta. Estos desórdenes pueden traducirse como pérdidas de control o posesiones, conocidas en Qigong como «Ru Mo» o, matafóricamente, «posesión espectral».

La pérdida del control durante la práctica puede acontecer cuando el practicante pone demasiado énfasis en la respiración, o cuando ésta es demasiado intensa y apresurada, dando como resultado algún desorden en la circulación Qi en el cuerpo. En los casos leves suelen aparecer dolores de cabeza, mareos, estancamiento de Qi en el pecho o en el abdomen con sensación de opresión o de distensión, mientras que en los casos severos las impresiones pueden ser sensación de Qi circulando con fuerza por sí solo, o movimientos y espasmos incontrolados. La idea de «posesión espectral» es cuando el practicante fuerza y mezcla su imaginación con los ejercicios y llega a ser perturbado por ilusiones, mostrando síntomas maniacos similares a la demencia y otras enfermedades psíquicas.

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